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jueves, 5 de junio de 2014

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El brillo de sus ojos al mirarme y sonreír, es algo indescriptible. Ella, con su todo, es sencillamente genial. "Me encanta" comenzó a formar parte de 'nuestra palabra'. 

No hay nada mejor que sus abrazos cuando no es un buen día, que me sonría y me diga que todo irá bien. Pero sobre todo, que lo note hasta cuando no está conmigo. Que me visite y me de los 'buenos días' por las mañana sólo como ella sabe. Esa sonrisa tan suya a mitad de los besos que tanto me incita y me provoca a morder. Sus manos, sus masajes y sus caricias. Nunca dejaría de insistir en sus caricias. Vaivenes de sentimientos y sensaciones sólo con el roce de las yemas de sus dedos. Sus besos por el cuello, sus mordiscos, sus juegos tontos y hasta cuando intenta hacerme rabiar a cosquillas. Y las odio, pero sus carcajadas son inigualables. Sus pequeños detalles y que me entienda sin apenas usar palabras. Su forma de hablar, de mirarme, de expresarse y de rodearme por la espalda. Su cuerpo, cada milímetro de su piel, su vello y sus curvas. Ay sus curvas. En ellas creo tener accidentes cuando me precipito. El contoneo de su cuerpo, sus bailes y su vitalidad. Su juego, su pelo, su respiración exhausta y la forma similar a las montañas cuando su culo en pompa está al acabar encima de mi. 

Me encantan demasiadas cosas de ella que podría estar escribiéndole horas. Pero creo resumirlo en: 
"Me encanta que le encante, y encantarle". 

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